sábado, 10 de marzo de 2012

Enrique Tejera


Nace en Valencia (Edo. Carabobo) el 5.11.1899
Muere en Caracas el 28.11.1890
Enrique Tejera
Enrique Tejera
Ilustración realizada por Francisco Maduro.
Médico, investigador científico y político. Fueron sus padres Enrique Tejera, abogado y juez, y Carmen Guevara Zuloaga. Desde muy temprana mostró su inclinación por las ciencias naturales y la medicina. Una muestra de su talento para la ciencia, se puede encontrar en su primera investigación "Sobre un caso de verruga del Perú", el cual fue publicado en 1913 en la Gaceta Médica, cuando todavía era un estudiante de medicina. También antes de graduarse gana, con un seudónimo, el premio Vargas, aunque la Academia de Medicina no decidió entregarle el mismo por no poseer el título de médico, el cual no había obtenido por encontrarse entonces exiliado (1917) en París por haber participado como dirigente estudiantil, en los sucesos universitarios de 1912. Tras servir en las ambulancias durante la Primera Guerra Mundial, regresa a Venezuela en 1918; graduándose como Médico cirujano e ingresando al servicio médico de la Caribbean Petroleum Company ubicada en el campo petrolero de La Horqueta en la sierra de Perijá. Desde continúa sus investigaciones y de nuevo gana el premio Vargas, que esta vez sí le es entregado. En Mene Grande y Trujillo descubre la existencia de las tripanosomiasis (enfermedad de Chagas) en Venezuela y la ratifica con otro descubrimiento en Santa Teresa del Tuy (1919). Por su parte, desde Brasil Carlos Chagas, le envió un cablegrama en el que le agradecía, ya que hasta ese momento la existencia de la enfermedad se había puesto en duda.
En 1920 vuelve a Europa y realiza investigaciones, que combina con una exitosa carrera profesional. Por este tiempo publica numerosos trabajos en revistas médicas venezolanas y extranjeras y sus estudios sobre leishmaniasis, paludismo y los trasmisores de enfermedades tropicales, incluyendo la tripanosomiasis equina, le valen reconocimiento de instituciones extranjeras. En 1924, llega a ser director del laboratorio de Microbiología de la Sanidad Nacional, en el cual había comenzado su carrera sanitaria como exterminador de ratas, para luego ser preparador de bacteriología, ayudante de laboratorio, bacteriólogo y epidemiólogo (1924-1931). Aunque fue electo individuo de número de la Academia de Medicina el 27 de septiembre de 1934, no llegó a incorporarse. Durante el gobierno del presidente Eleazar López Contreras, fue nombrado ministro de Salubridad, Agricultura y Cría a comienzos de 1936. Sin embargo, a los 15 días, gracias a un plan madurado durante años, separa Agricultura y Cría y organiza el Ministerio de Sanidad y Asistencia Social, demostrando particular acierto en la designación de sus colaboradores: Martín Vegas, Arnoldo Gabaldón, Leopoldo García Maldonado, José Ignacio Baldó, Julio Diez y otros notables sanitaristas. A mediados del año 1936 renuncia al Ministerio de Sanidad, tras oponerse en una exposición ante el Congreso Nacional a una Ley de Defensa contra el Paludismo que según él, resultaría inútil y costosa.
Ministro plenipotenciario en Bélgica (1936-1939), es de nuevo nombrado ministro, esta vez de Educación, en 1939. Como tal presentó al Congreso un proyecto de Ley de Educación, consultado previamente con lo que llamó un "congresillo de expertos" que incluía profesores, maestros y estudiantes de diversas tendencias. Durante el gobierno de Isaías Medina Angarita, fue designado ministro plenipotenciario en el Uruguay (1943-1945) y a partir de febrero de 1945, presidente del estado Carabobo. En este último cargo realizó una obra eficaz y balanceada en materia de educación, cultura y sanidad; en ese año trajo a Venezuela, y aplicó en Morón por primera vez, el DDT. Como consecuencia del 18 de octubre de 1945, se vio interrumpida su gestión de gobierno. Profesor de histología normal (1926) en la Universidad Central de Venezuela, el 3 de febrero de 1926 fundó cátedra de Patología Tropical. En el campo de la investigación trabajó con éxito en la búsqueda de antibióticos a partir de los hongos microscópicos. Para esto viajó incansablemente por Venezuela y el extranjero, acumulando un total de 32.500 cultivos que probaba en su propio laboratorio, en el de Higiene (antes laboratorio de la Sanidad Nacional) que había fundado y que nunca abandonó, y en laboratorios de Estados Unidos. En definitiva, durante toda su vida Enrique Tejera compartió su incansable labor en la investigación y el progreso normal y científico de la medicina venezolana, con la reflexión social y política.

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